Y aquí estamos, moviéndonos con elegancia por esta amplia gama cromática en todos los aspectos de nuestra existencia. Definirnos en uno u otro polo cada vez es más difícil y extremista; la vida está montada y se desarrolla en este cómodo punto medio, por tanto, lo más sencillo es adaptarnos a los cambios y nadar en estos mares.
Quien más quien menos conoce su cometido y marca sus límites de manera clara, pero la mayoría de las veces estos son difusos, pudiendo ser traspasados en una u otra dirección. A pesar de ello todo tiende al equilibrio y siempre volvemos irremediablemente al centro que cada uno de nosotros tiene marcado.
No es nada nuevo; Santo Tomás de Aquino ya nos describía algo parecido en sus dogmas siguiendo los pasos de Aristóteles algunos siglos atrás; la teoría del tercero excluso no es ninguna falacia. Los cambios son necesarios pero la esencia siempre permanece.
Seamos coherentes y originales. Caminemos por este sendero con clase, coherencia e inteligencia pues este hecho nos hará más llevadero el camino.
A la matemática; la lógica, la razón y el lenguaje o lo que viene ser lo mismo, al maestro Yoda.
Formulando dosis informativa