Seguimos con los cambios. El código de barras, por todos conocido, ya quedó obsoleto, dando paso a su sucesor llamado bidi o QR.

Este nuevo sistema de encriptado ofrece una mayor información de los productos y en nuestro caso identifica los medicamentos: descripción del  activo, forma farmacéutica, lote de fabricación y caducidad.

Un solo pictograma engloba todos los datos suficientes para llevar a cabo la dispensación de manera eficaz y seguir la trazabilidad de cualquier producto desde el laboratorio fabricante hasta su ubicación en cualquiera de nuestros hogares. De esta forma lograremos un mejor uso racional de los medicamentos y evitaremos el delito social derivado de una mala dosificación y posología.

No olvidemos nunca que los medicamentos sirven para tratar enfermedades y debemos tomarlos con cautela para que su potencial sea totalmente efectivo. Hagamos caso del profesional sanitario cualificado para este fin y dejemos de fiarnos de otras fuentes que, como poco, nos generaran muchas dudas.

Esperemos que se cumpla un deseo que llevamos esperando durante generaciones, a saber, dejar de cortar cupones precinto.

A todos los que nos dedicamos a cuidar de vuestra salud.

Formulando nueva dosis informativa