Desde el chamán de la tribu más recóndita con sus hierbas y hechizos hasta el sanitario más especializado utilizando tecnología puntera buscan el mismo objetivo: salvar la vida del paciente.

A lo largo del tiempo han ido evolucionando métodos, tratamientos y principios activos. La Atropa belladona para dilatar las pupilas en tiempos de los Romanos, el Peganum harmala como suero de la verdad en pociones de los indios o el Drymis winteri oriundo de la zona araucana chilena, también conocido como canela de páramo, para combatir el escorbuto, son algunos de los remedios utilizados que han evolucionado con el tiempo.

La atropina, los psicoestimulantes o la vitamina C siguen siendo útiles a día de hoy pero transformando sus preparaciones y dosis adaptándose a nuestras necesidades actuales. Además las fuentes de obtención también son diversas ya que la vitamina C, por ejemplo, puede obtenerse bien de forma natural o de forma sintética en función de su uso.

Para mantener la salud tenemos muchos recursos y  posibilidades. Cualquier patología puede enfocarse desde varios puntos de vista,  de hecho los tratamientos pueden ser complementarios y no excluyentes. Suplementos alimenticios, fitoterapia y medicación convencional coexisten,  logrando un equilibrio óptimo,  evitando una posible sobredosificación y minimizando efectos adversos.

Ya lo dice el dicho: De todo como en botica.

A Begoña. Siempre seguiremos buscando el Scobus latifolius.

Formulando nueva dosis informativa