Todos hemos vivido alguna experiencia en la que las cosas suceden porque sí. Desde aquella experiencia lejana en la que la ropa que dejamos a lavar aparece doblada en el armario, nos encontramos en muchos momentos que acontece algo parecido aunque no seamos conscientes de ello.
En cualquier trabajo las cosas no suceden por arte de magia, aunque a veces lo parezca, siempre hay alguien detrás que mueve los hilos y se preocupa de que puedan resolverse de la mejor manera posible.
Porque Campanilla, alguna vez, somos todos.
Formulando nueva dosis informativa