Para efectuar una buena prevención deberemos contar con una buena defensa. Está máxima funciona tanto en el juego como en la vida y es que, desde el comienzo, contamos con unos recursos determinados, cada uno los suyos, que vamos mejorando y puliendo a medida que pasa el tiempo.
Las situaciones a las que deberemos enfrentarnos son las mismas, lo que cambia es nuestra forma de actuar y reaccionar frente a ellas. Del uso que hagamos de nuestras capacidades y de cómo las vayamos combinando dependerá el resultado obtenido. La posibilidad de ganar la batalla, como en una partida de Risk, irá en función de cómo seleccionemos y coloquemos nuestros efectivos.
Los aceites esenciales pueden aplicarse solos o combinarse de una u otra forma para ser eficaces, en tratamientos determinados, así como administrarse de formas diversas, para potenciar sus virtudes.
Vaporizados, inhalados, tomados por vía oral o simplemente aplicados sobre la piel se absorben y activan nuestra respuesta inmunitaria.
Las flores de Bach también juegan un papel importante a nivel de cómo nos tomamos las cosas; son un aliado perfecto para controlar nuestros sentimientos y emociones frente las agresiones diarias. Potentes y delicadas se presentan en frascos pequeños ofreciéndonos un abanico de posibilidades.
Pueden emplearse tanto en monoterapia o combinadas; en este último caso establecen una sinergia que potencia sus efectos.
A todos los que jugamos alguna vez al Imperio Cobra.
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Formulando nueva dosis informativa