Respirar, caminar, alimentarse, descansar, realizar actividad física… Miles de procesos se llevan a cabo al mismo tiempo en nuestro organismo, incluso mientras dormimos diversos mecanismos entran en funcionamiento en nuestro cuerpo.
Obra maestra de la ingeniería, el cuerpo humano responde ante grandes esfuerzos y se adapta al entorno que lo rodea. Para que esta mecánica se mantenga el mayor tiempo posible y en las mejores condiciones podemos contribuir con la alimentación, el descanso, el deporte; en definitiva un equilibrio con el que alcanzar un rendimiento óptimo.
A pesar de los esfuerzos, esta máquina perfecta sufre lesiones en sus engranajes (músculos, tendones, articulaciones…). Con el tiempo nuestro cuerpo se recupera, pero el cómo hacerlo y cuanto tarde puede verse influenciado por nuestra mano.
El colágeno, proteína más abundante en la piel y en los huesos, regenera y mejora el estado de dolencias en las que huesos, ligamentos, articulaciones y músculos se desgastan.
Magnesio, mineral fundamental en la formación de proteínas. Favorece la síntesis de nuevo colágeno que ayudará en la regeneración de los tejidos, contribuye al funcionamiento de los músculos y al mantenimiento de los huesos en buenas condiciones.
Vitamina C, importante también en combinación con las anteriores moléculas.
Todo esto, con el seguimiento de profesionales como fisioterapeutas y una buena dosis de nuestra paciencia reducirán el tiempo de respuesta de nuestra gran máquina.
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