Todos tenemos en casa esa caja navideña cuajada de guirnaldas de luces, bolas y figuritas. Al abrirla sale un soldadito de madera enigmático y elegante a partes iguales; este es quien inspiro a Ernst Theodor Amadeus Hoffman. No es ni el de los álbumes ni el del licor, es el de los cuentos que nos presentó Offenbach en una de sus óperas.
Una de sus historias más famosas tiene como protagonista a esta figurita; así que colgamos del árbol al Cascanueces que junto con el rey de los ratones protagonizó un cuento fantasmagórico en 1816 versionado multitud de veces.
Alejandro Dumas escribió en 1844 una adaptación titulada “Historia de un cascanueces” transformándose en un cuento de hadas que acabó convirtiéndose con el tiempo, de manos del compositor ruso Pyotr Ilyich Chaikovsky , en el famoso Cascanueces cuyo estreno, en 1892, le convirtió en el que quizá sea uno de los ballets más populares.
A Marie Stahlbaum
Formulando nueva dosis informativa